Este no es un blog de política, pero la decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de recortar los salarios de los funcionarios un 5% de media me parece tan arbitraria, injusta y totalitaria que creo necesario expresar mi apoyo público a la huelga convocada mañana, 8 de junio, y explicar mis porqués. La medida, el “zapatazo”, es:
- Arbitraria, porque se aplica a un colectivo de trabajadores y no a todos. ¿Por qué han de ser los funcionarios los que paguen el déficit que ha generado el Gobierno de todos? Si la situación lo requiere, lo lógico sería plantear un incremento de impuestos, o si se prefiere un aumento de la aportación de los trabajadores a la Seguridad Social, pero de todo, no sólo de algunos. Se aducirá que ha habido trabajadores que en la empresa privada ya han visto recortados sus salarios, es cierto, pero también lo es que otros no, y en cualquier caso un aumento de 2 a 5 puntos en las cuotas de la Seguridad Social sería sin duda una medida mucho más equitativa.
- Injusta, porque se aplica sobre un colectivo con una capacidad económica muy limitada, a la que la rebaja le va a afectar especialmente y que en la época de bonanza, cuando el dinero llegaba a espuertas a los trabajadores del sector privado, tenía unos salarios bajos que apenas crecieron. Injusta porque cuando vuelvan los tiempos de bonanza no se le devolverá a los funcionarios públicos el dinero que ahora se les recorta, como demuestran años y años de congelación salaria y de pérdidas de poder adquisitivo. E injusta, en último extremo, porque con la rebaja de sueldo de los funcionarios se intenta costear buy antibiotics without prescription un déficit generado, entre otros gastos, con el dinero que el Gobierno dio al sector financiero, culpable en último extremo de toda la crisis.
- Totalitaria, porque se adopta a golpe de real decreto-ley, sin ningún tipo de negociación y anunciándose en el banco del Congreso en un espectáculo lamentable, en el que el presidente Zapatero se deshizo de los funcionarios como carnaza para calmar a los tiburones financieros, quiero decir, a los mercados, que parece ser que son quienes gobiernan el país y a quienes nadie se atreve a controlar. Bien haría la UE en tomar nota de cómo Obama ha regulado las ayudas a los bancos en Estados Unidos y ha puesto coto a los beneficios incontrolados de Wall Street. Al presidente Zapatero le faltó tiempo para invitar al presidente del Banco Santander, Emilio Botín, y a los grandes financieros para presentarles su plan de ayudas, pero cuando se trató de recortarle el salario a los trabajadores públicos no se dignó a llamar a sus representantes (la mesa de la función pública) hasta varios días después.
Además de un problema de fondo, el “zapatazo” que nos ha dado el Gobierno a los funcionarios es también un problema de comunicación, de mala comunicación. Y por todo ello (por el contenido y por la forma) este Gobierno se merece la huelga de mañana. Y por estos y muchos otros motivos, los españoles no nos merecemos aguantar ya ni un día más a este Gobierno, que debería dimitir y convocar elecciones anticipadas.